ARTÍCULO FINAL SOBRE EL
TRABAJO LITERARIO EN EDUCACIÓN INFANTIL
INTRODUCCIÓN
¡Con esta entrada cierro el blog!
Me despido feliz al haber
aprovechado la asignatura de literatura infantil y convencida de que me ha
enriquecido más de lo que esperaba, gracias a las clases magistrales por parte
de Irune, su puesta en escena al sorprendernos cada día con un libro o una
estrategia nueva, y mis entradas realizadas hasta día de hoy.
Recuerdo cuando comencé esta
asignatura con expectación, me encanta la literatura moderna y utilizo la
lectura para despejarme y aislarme del mundo real. Pero desconocía por completo
como introducirlo en el aula con niños tan pequeños. A partir de entonces, me
declaro fan de los álbumes de imágenes, y debo decir que, mi pequeña biblioteca
personal cada mes va aumentando.
Voy a realizar un pequeño recorrido
a partir de las ideas claves de cada bloque aportando reflexiones personales o
experiencias vividas, reflejando mi aprendizaje en el que me apoyaré para poder
aplicarlo en un futuro profesional.
BLOQUE 1: LIBROS
INFANTILES DE AUTOR. ANÁLISIS Y SELECCIÓN.
Éste fue el bloque con el que
empezamos la asignatura. Irune comenzó la clase leyendo un libro literario de
autor, “La gran fábrica de las palabras” de Agnés de Lestrade, y fue un ejemplo
de lo que nos íbamos a encontrar durante el curso.
El objetivo del maestro
es:
-
Brindar una experiencia artística para
que los niños la disfruten y conseguir que cada uno de ellos saquen una
experiencia distinta a la de sus compañeros. Así podrá incidir en el desarrollo
a nivel afectivo y de conocimiento de cada uno.
-
Mostrar cómo se debe leer.
Para poder entender en qué selección hay que basarse, lo primero que se necesita es saber la diferencia entre literatura y paraliteratura. La definición de literatura es “arte creado con palabras”. En cambio, la paraliteratura “al lado de”, está pensada para enseñar, no es para el momento de la literatura.
Por lo que un libro literario
necesita cumplir con las siguientes características:
-
Que sea artístico para poder disfrutarlo,
no didáctico ni moralizador.
-
Con función poética para que, a través de
sus palabras, el lector pueda extraer otras. Facilitando la comprensión y
expresión oral, y a su vez, enriquezca su vocabulario.
-
Que pertenezca a uno de los tres géneros
literarios: narrativa, poesía y texto teatral.
-
Texto ficticio.
Aquí quiero hacer un inciso,
personalmente, desconocía que existía una diferencia entre el concepto
“ficción” y “fantasía”, y vi que era una pieza fundamental para poder
diferenciar las categorías (que también se utiliza en el cine, película de
ficción o película de fantasía). La ficción no es real, aunque se base
en datos o hechos reales, pero la fantasía es imposible que sea real.
En un primer momento, pensé que
sólo se podía trabajar con libros literarios, pero la paraliteratura no es que
sea de inferior calidad. Reúne casi todas las características literarias pero
su uso didáctico es diferente:
-
Uso de libros literarios en infantil: la hora
del cuento. En primaria: asignatura de lengua.
-
Uso de libros paraliterarios en infantil: la
asamblea. En primaria: las tutorías. (Como, por ejemplo, “El monstruo de los
colores” de Anna Llenas, donde está ausente la historia, pero hay una enseñanza
sobre las emociones en relación con los colores, muy artística).
Me parece que es un punto clave
para poner en práctica de una manera correcta la utilización de cada uno, y
así, no crear un lío a los más pequeños, y de forma inconsciente, ellos mismos
puedan tener un ojo crítico sobre la literatura.
Después de hacer un breve
recorrido por la paraliteratura infantil y los autores más destacados, digo
paraliteratura porque no se escribieron libros literarios infantiles hasta
mediados del siglo XX, era un instrumento didáctico, no un fin: el niño no era
real, sino propiedad del adulto. En los años 90 apareció el mercado de los álbumes
de imágenes (para niños menores de 6 años) y con ello, el apoyo de las
ilustraciones al texto para favorecer la comprensión icónica.
La comprensión icónica, es
previa a la lectora y al razonamiento simbólico. Nunca me había planteado cómo
un niño que no sabe leer comienza a asociar historias a través de los dibujos. Y
este concepto me parece que es imprescindible para comprender la mente de los
más pequeños, ya que es la capacidad de extraer información de imágenes
(representación icónica), representando la realidad, pero sin ser reales.
“Cuanto menos icónico, más imaginación proporciona al niño”.
Una vez asentadas las bases, no
hay que olvidar trabajar todos los géneros literarios. Respecto al texto
teatral, me sorprendió que no existan libros teatrales para ser vistos o
leídos para niños menores de 8 años. Por otro lado, su representación teatral
es distinto al texto.
Los niños tienen que tener la
oportunidad de poder escenificar (servirse de su cuerpo y hablar en voz alta)
delante de los compañeros y la maestra, para poder aprender divirtiéndose por
medio de la motivación. Aunque, en mi opinión, no debemos olvidar que el
verdadero reto se presenta en la maestra. Ser capaz de dejar a un lado los
temores y complejos delante de 25 niños y salir victorioso de ello.
Creo que mi timidez se podía
haber trabajado mediante esta técnica porque aporta multitud de beneficios en
el niño: mejorar el lenguaje en público, potenciar el lenguaje no verbal,
situar el tema en el espacio y en el tiempo… En los colegios se necesita que
esto se explote, sin la necesidad de que sólo se trabaje para las obras de
navidad o fin de curso, que quedan tan artificiales por su escasez para
familiarizarse.
En cuanto a la poesía de autor,
Irune me abrió los ojos sobre la falta de sensibilidad estética y el
desconocimiento de su aplicación por parte de los maestros al elegir textos y
su posterior declamación por parte de los niños. No se les enseña a recitar con
naturalidad, les imponemos movimientos forzados e infantilizados que no son
propios de los niños, por muy pequeños que sean, consiguiendo que su verdadera
finalidad, como es la función artística, se pierda.
Gloria Fuertes fue una gran
renovadora de la poesía infantil y podemos apoyarnos en sus textos para que los
niños mediante juegos de palabras y metáforas que se convierten en adivinanzas
puedan desarrollar su vena sensible.
Y por último, los cuentos de
autor otorgan protagonismo a los más pequeños ya que se pueden identificar
con los personajes de la historia.
Una de las enseñanzas que destaco
más importantes de este bloque es que el protagonista del cuento debe favorecer
la maduración psicológica de los niños del aula, en cuanto a:
-
Interiorización del yo: a través de las
aventuras y la afectividad, el protagonista supera sus limitaciones para
alcanzar la meta.
-
Inserción social: mediante la realidad de
su familia, escuela y amigos reflejan sus miedos.
-
Desarrollo lingüístico: ampliación de
vocabulario.
Respecto a mi experiencia en las prácticas, me di
cuenta de la poca importancia que daban las maestras al momento de la lectura y
que además, el poco tiempo invertido en ello era erróneo, puesto que siempre
que cogían un libro (elegido por el propio niño y que desgraciadamente era
merchandising, publicitando a Disney) siempre aportaban un final moralizador y
lo trabajaban en la asamblea, poniéndoles a prueba respecto a la atención, los
valores, las enseñanzas… haciendo protagonista a la propia maestra, sin
utilizar ese momento para poder ver en qué situación o desarrollo madurativo se
encuentran los niños o simplemente brindarles el placer por la propia lectura.
En otro momento, también comprobé
que como no han sembrado esa atracción por los libros, cuando les invitaban al
rincón de la lectura de una manera libre, ningún niño estaba interesado y como
no le aportaba nada, transformaban los libros (los rompían, los utilizan como
almohada, se los tiraban los unos a los otros…).
Me lo llevo a mi terreno
personal, y me propongo para un futuro
profesional poder crear momentos mágicos después de la lectura mediante la
tertulia dialógica, para ver qué han entendido, pero sin preguntar si se han
enterado. Haciéndoles preguntas que puedan despertar en ellos la identificación
con los personajes, juzgar sus acciones, relacionar con personas de su entorno,
identificar en su vida las acciones mediante la aportación de experiencias
personales, potenciar la imaginación y la creatividad sin límites… y conseguir
que sean ellos los que se interesen por este momento pidiéndome la repetición
de los libros disfrutados.
En este bloque realicé la actividad correspondiente que consistía
en elegir un libro literario (del amplio abanico de posibilidades literarias
que nos brindó Irune) y analizarlo, para su posterior uso en el aula. Elegí “¡A
mí no me comas!” de Margarita del Mazo, que fue un buen ejemplo de libro
literario que se puede tener en el aula.
Pero me fijé que en otros libros,
a pesar de seguir el esquema aportado en los apuntes que es muy fácil y
sencillo de seguir, había cosas que se daban por hecho pero que a la hora de
ponerlo en práctica, como vivimos en un mundo de adultos, se nos olvida
adaptarlos para el uso infantil como, por ejemplo:
-
Respecto al formato, en el apartado de aspecto
externo: los libros no tienen las esquinas redondeadas y así evitar
lesiones con los niños, algunas pastas no son duras por lo que no protegen su
contenido, las portadas es un elemento visual clave para atraer a los pequeños
y aún así los colores o ilustraciones no son llamativas, la manejabilidad en
cuanto al peso o el tamaño puede hacer más complicado su uso…
-
Las ilustraciones, en muchos ejemplares,
siguen siendo estereotipadas infantilizando al niño o no acompañan al texto
debidamente.
-
La tipografía a veces no es clara siendo
compleja, pequeña, difícil de leer o con colores que se difuminan con el fondo.
-
Respecto al contenido, en el apartado de estructura:
es imprescindible que sea lineal puesto que los lectores se pueden perder si
hace saltos en el tiempo.
-
Los valores y los contravalores deben de
ser realistas y no estereotipados. Los niños no son malos si en un momento no
hacen las cosas bien, simplemente son niños, por lo que no hay que utilizar
esta herramienta como fin amenazador. “Si te portas mal tendrás un castigo
porque te lo mereces”.
-
El uso de la lengua debe de ser adecuado
mediante frases cortas y simples, pero a su vez sin perder la función poética
(rimas, repeticiones, onomatopeyas…) que llamen la atención en el niño y que
sea fonéticamente bonito.
Había una cosa que me preocupaba
y es que, los niños que no tienen mamá o papá, creía que se podían sentir
aislados. Pero he aprendido que tienen la capacidad de abstracción
(simbolismo) extraen la esencia, pero no se quedan con las palabras. Por lo que,
si en el libro pone “papá” y hace referencia a un rol protector y afectivo, el
niño puede identificarlo con su abuelo.
Al igual que también pensaba que
los libros en donde se mencionan a los “monstruos” les puede producir temor y,
por el contrario, al verbalizar en
alto las dificultades, se pueden afrontar de mejor manera y más, si el
protagonista consigue hacer amistad con él o derrotarlo (como en el libro que
analicé). Me parece muy interesante poder acudir a este tipo de álbumes con
imágenes y trabajar de forma cooperativa con los pequeños para poder hacer
frente a las dificultades, todos juntos.
Aún así, siempre hay que tener
presente que todos los niños son diferentes, tanto su desarrollo madurativo
como preferencias son distintas, por lo que hay que tener diferentes
alternativas para poder complacer a todo el público. La selección de los libros
de la biblioteca de aula o rincón de lectura es un trabajo continuo.
Este bloque me ha aportado la
base fundamental para poder tener un ojo crítico e ir conociendo autores o
ilustradores que me puedan ser de utilidad en un futuro profesional, como por
ejemplo Anna Llenas, que me encanta
como escribe y acompaña de ilustraciones que parecen recortes de texturas.
BLOQUE 2: TEXTOS
FOLCLÓRICOS. SELECCIÓN Y ADAPTACIÓN.
En este bloque estuvimos
trabajando con los textos folclóricos, para diferenciarlos de los demás, hay
que conocer sus características:
-
Anonimato: se desconoce el autor, puesto
que son historias transmitidas de generación en generación, por las diferentes
personas del pueblo.
-
Oralidad: se transmitían de boca en boca
y de forma horizontal, por ello son textos familiares (no infantiles)
aunque los niños si estaban presentes los escuchaban, se narraban “al calor de
la lumbre” y se contaban como verdades.
-
Multitud de variantes: el hilo argumental
principal se mantiene, pero al transmitirse por diferentes personas, hay
diferentes versiones.
Desconocía que de un mismo texto
folclórico hubiese diferentes versiones, puesto que creía que eso se consideraba
“plagiar”, pero al saber que son textos adaptados y recopilados por grandes
autores, tiene sentido.
Me acuerdo de la multitud de
cuentos folclóricos populares que nos ha contado Irune y de lo mucho que
disfruté descubriendo finales alternativos o incluso alteraciones durante la
historia que da un enfoque diferente a los personajes. Como, por ejemplo, que Blancanieves se consideraba un cuento
cómico del cual las personas del pueblo de reían de ella porque era plano, un
personaje que no evolucionaba, además de ser totalmente pasiva y poco
inteligente.
Una de las características que
hay que destacar para diferenciar un texto folclórico de otro es que: el texto
folclórico es para contar o cantar, y el texto de autor para leer.
El folclore literario es tan
importante trabajarlo en el aula
porque en el niño despierta un interés por su propia cultura, vive la palabra
que ha perdurado durante generaciones, llena de afectividad la comunicación del
tú a tú, contacto con personajes mágicos del pasado… es herencia.
Personalmente, a mí me sigue atrayendo mucho más una historia contada (puesto
que mi imaginación da rienda suelta) que una historia leída, porque la
entonación es diferente, el contacto visual se pierde…
Los maestros deben trabajar tanto
el folclore en verso, prosa y teatral. Respecto a la poesía folclórica,
es importante dejar claro que el canto y el juego no se perderá porque depende
del propio niño, en cambio, el cuento folclórico narrado depende del adulto
(que lo está dejando perder) y es la escuela la que tiene que ayudar a
mantenerlo. Para ello la maestra, desde mi punto de vista, debe conocer viejas
canciones llenas de sonido, ritmo, humor y disparate… y promoverlo mediante la
actividad física. Porque los niños necesitan moverse, cantar letras y jugar, y
pueden aprender divirtiéndose.
Me hizo mucha ilusión recordar mi
niñez al establecer la clasificación temática mediante Pedro Cerrillo:
-
Rimas de ingenio: retahílas (una, dola),
sorteo (pinto, pinto, gorgorito), trabalenguas, adivinanzas y canciones con
prendas (Antón Pirulero) mientras se saltaba a la comba.
-
Juegos y rimas de movimiento y acción:
nanas, canciones para moverse (cinco lobitos tiene la loba), cosquillas con
risa (cuando vayas a la carnicería), juegos de movimiento (al escondite inglés sin
mover las manos y los pies) …
-
Danzas de coro: canciones de palmas (Don
Federico), saltos, imitaciones…
Todas estas canciones y juegos
tradicionales o populares, espero que perduren en el tiempo, a mí me gustaría
que los niños pueden disfrutar de ellas en el patio del colegio, como yo lo disfruté. Puesto que de una forma
inconsciente amplías el vocabulario y la creatividad.
El teatro folclórico infantil,
para mí era un mundo desconocido porque no pensaba que sus historias fuesen de
carácter folclórico, creía que cuando se realizaba un teatrillo de títeres o
marionetas, los maestros improvisaban en el momento dependiendo del público al
que se dirigiesen. No sabía que en la antigüedad se interpretaban escenas de
comedia bufonesca, luchas violentas o escenas exageradas de la vida doméstica,
o incluso para enseñar la Biblia. También desconocía que en la actualidad
seguían presentes como en el Retiro madrileño.
Sinceramente, de todo lo que he
aprendido en esta asignatura, este recurso es el que menos me atrae para poner
en práctica en un futuro. Es posible
que sea por simple preferencia, que a mí personalmente nunca me ha gustado o
porque los personajes son muy definidos (muñecos muy estereotipados), pero
nunca renunciaré a ponerlo en práctica, primero porque me ha sorprendido la
multitud de beneficios que tiene para los niños, como la interiorización de
conceptos. Y segundo, porque puedo hacer una pequeña variación como, por
ejemplo, el teatro de luces y sombras
que me parece especialmente mágico.
Y el folclore en prosa, o
“cuento folclórico” que puede ser de carácter mitológico, leyenda o fábula.
Quiero empezar haciendo una distinción de los que son paraliterarios:
-
Mito: carácter religioso, para conocer la
cultura clásica (dioses y héroes), se puede trabajar en primaria en la clase de
ética.
-
Fábula: son animales que reflejan
actitudes humanas, concluyen con una moraleja explícita (una enseñanza “blanco
o negro”). Se puede trabajar también en primaria.
Y los que son literarios:
-
Leyenda: refleja una tradición local, se
cuenta como verdadero. Proporciona nombre, tiempo y sitios reales. Se puede
trabajar en primaria en la clase del conocimiento del medio.
Es importante no confundir, como
me pasó a mí al principio de curso, la moraleja
que explica la comprensión total del texto. Con la enseñanza moral, que cada uno lo aplica a su realidad partiendo de
sus propios valores o experiencias. Con lo que esto conlleva a que la maestra
debe de confiar en la inteligencia de los niños, porque puede que no extraigan
la misma reflexión que un adulto, pero pueden sorprender positivamente con otro
enfoque. Por ejemplo, cuando a un niño le han dicho la moraleja de “Los tres
cerditos y el lobo” aluden que es importante ser previsor y trabajador (pero
esa es la reflexión adulta), cuando un niño lo desconoce extrae la necesidad de
poder apoyarse en los hermanos mayores, que te ofrecerán su casa en momentos de
dificultad. Y puede ser incluso una reflexión mucho más sensible y emotiva que
la que hacemos nosotros.
Por lo tanto, no hay que quitar
la magia al folclore y no hay que esperar que los niños se fijen en los
detalles. Si necesitan que el cuento se narre varias veces, será necesario
repetirlo para que ellos solos establezcan significados simbólicos. Nunca
explicaré un cuento a un niño, es mucho más interesante saber qué es lo que han
entendido.
En educación infantil hay que
narrar cuentos folclóricos porque:
-
Frente al mito, tienen función iniciática, es decir, el protagonista se inicia en una
aventura para pasar a la vida adulta, hablan de las posibilidades liberadoras
de la imaginación.
-
Frente a la leyenda, se apoya del elemento fantástico.
-
Frente a la fábula, representan roles pero sin moraleja explícita.
Los argumentos de los cuentos se
basan en los sueños que tenían los creadores, gente baja del pueblo o media que
habían sufrido un revés en la vida. Deseaban cosas que no tenían ni podrán
tener. Deseos imposibles del pueblo con finales, en su mayoría, felices.
Por lo tanto, no eran cuentos destinados para un público infantil, los niños no
se sientes identificados. Pero sí que quieren ser como los protagonistas de las
historias cuando sean mayores. Por lo tanto, no se puede pretender que
entiendan los cuentos como lo comprenden los adultos, simplemente tienen que
tener la posibilidad de disfrutar de sus narraciones.
Los cuentos maravillosos siguen
el esquema morfológico de Propp, al ser recopilados y haber lagunas, los
autores completaban los huecos para que tuviese coherencia y una relación
causa-efecto. Por lo que todo hecho tiene una consecuencia, y el esquema se
repite:
-
Los papeles.
-
Las acciones, son diferentes y dan paso a la
función.
-
Las funciones que se producen por el significado
de la acción, hay un total de 31 y siguen el mismo orden.
-
Presentan tres momentos clave: fechoría inicial,
acciones del héroe y desenlace feliz.
Los niños reconocen y diferenciar
los cuentos folclóricos por las fórmulas de entrada y de salida, dato
que yo no relacionaba con este tipo de textos. Los motivos son los
“lugares comunes” que se repiten y se refleja la esencia del cuento. Los personajes
son planos y se definen por una o dos características, forman parte del
simbolismo.
Hicimos un breve recorrido por
los diferentes recopiladores, y de todos ellos, destaco a los hermanos Grimm para poder recurrir a
ellos si quiero buscar y contar un cuento en el aula de infantil, porque son
los que más se han centrado en las necesidades de los pequeños al eliminar
elementos morbosos y sustituir horribles castigos, finales felices… Cuando
realicé la actividad correspondiente a este bloque, me apoyé en la página web “grimmstories.com”
de la que dispones de unos 220 cuentos (en la bibliografía final adjunto el
link para que se pueda acceder directamente a la página).
Disfruté como una niña al analizar
tres textos folclóricos en prosa adaptados por los hermanos Grimm:
-
La reina de las abejas.
-
Una muchacha hacendosa.
-
El rey Pico de Tordo.
Fue una gran experiencia el
adaptarlos en base a las necesidades del aula que elegí y hacer los cuentos un
poco míos. Está demostrado que como mejor se aprende es llevando todo a la
práctica.
Quiero destacar una anotación que
nos aportó Irune que es muy interesante a la hora de comprar un libro
folclórico, necesita que ponga en los créditos:
-
Traducida por (y el autor), puesto que eso nos garantiza
de que por lo menos respeta el contenido.
-
Adaptada por (y el autor), seguido de una hoja
explicativa del porqué y qué es lo que cambia.
Una pequeña lista de algunos
libros que vale la pena tener es:
-
Los cuentos de hadas clásicos anotados, por María
Tatar.
-
Cuentos de Hoffmann, editorial Anaya.
-
El libro de los 101 cuentos, por Christian
Strich, editorial Anaya.
-
Cuentos al amor de la lumbre, por Antonio R.
Almodóvar.
Siempre he tenido mucha
curiosidad por los libros de hadas,
muchas personas coleccionan todo lo que envuelve a ese mundo fantástico, pero
no creía que los niños de siglo XXI se sintiesen atraídos por ello ni que les
ayudase tanto, “la forma y la estructura de los cuentos de hadas sugieren al
niño imágenes que le servirán para estructurar sus propios ensueños y canalizar
mejor su vida”.
Los cuentos folclóricos no se
tienen que censurar excusándose en que los niños no se van a enterar, hay que
trabajarlos en el aula haciendo un trabajo previo por parte de la maestra para
adaptarlos y narrarlos, no leerlos. Pienso que la clave para ponerlo en
práctica en un futuro profesional es
que una vez que hayan escuchado la historia, se les deja la libertad de coger
el libro para ver las ilustraciones. Pero en un principio, dar rienda suelta a
la imaginación.
Una de las mayores polémicas
actuales, es el papel de la mujer y el machismo que se puede apreciar de manera
generalizadora al permitir que, las mujeres siempre son salvadas por los
hombres para tener una vida mejor. Esto junto con el trabajo previo que debe
hacer la maestra, provoca que se deje a un lado esta práctica, nunca he podido
disfrutar de una narración folclórica en el aula y es una lástima porque se han
quedado en una visión artificial.
Al profundizar sobre esto, es
erróneo pensar así, pues eran los deseos del pueblo los que se reflejan en las
historias:
-
Marginados que se casan con príncipes.
-
Mortales que vencen a la muerte.
-
Pruebas de amor verdadero que termina en
matrimonio como recompensa por el éxito alcanzado.
-
Mujeres que se rebelan a la sociedad, dejando a
un lado su papel pasivo, pudiendo elegir su propio destino. Ejemplo de ello,
“La Cenicienta” o “La Bella”.
-
Paso de la infancia a la edad adulta (simbolismo
común) y crear una familia.
Sería una equivocación cambiar el
argumento, haciendo el cuento más bonito, pero sin respetar las acciones y los
roles de los personajes, que es la verdadera esencia. Los niños podrán extraer
las emociones o inspirarse en ellos, aunque no se sientan identificados.
El objetivo es conseguir un mundo
mágico donde no haya lugar para la obligatoriedad, sólo la posibilidad de
descubrir nuevos mundos. Y la mejor manera de conseguirlo es que los maestros
nos convirtamos en niños y dejarnos llevar.
BLOQUE 3: LA HORA DEL
CUENTO
En este bloque tuve que armarme
de valor y enfrentarme a mi miedo escénico y a mi timidez. Tuve que prepararme
un cuentacuentos y exponerlo en cuatro grupos diferentes, cada uno de tres
integrantes. Pero antes, voy a dar una visión general sobre lo que aprendimos
para entender mejor la finalidad de esta práctica.
En el aula se debe trabajar las tres estrategias (cuentacuentos, lectura
y narración con libro) para que los niños puedan desarrollar diferentes
habilidades. Una de las necesidades fundamentales cuando los niños entran por
primera vez en la escuela es que, necesitan aprender a escuchar la palabra
hablada, la voz desnuda de la maestra al narrarles un cuento sin ningún
elemento visual que les mediatice, porque así se lo imaginan.
Si yo me propongo como objetivo
que aprendan algo, pondré todo mi énfasis y me apoyaré en distintos recursos,
pero si mi objetivo es que disfruten, no que entiendan todo, tienen que recrear
la historia desde su propia realidad. Y para ello, los niños que son menores de
2 añitos, el cuento tiene que ser corto y cantado, pero a partir de los 3 años,
se puede comenzar con la narración (la duración dependerá del nivel de atención
que muestren).
Yo creo que lo mejor es
acostumbrarlos 1 hora a la semana a la hora del cuento, si es necesario
repetirlo no pasa nada, puesto que sólo los adultos exigimos la novedad, ellos
necesitan volver a bucear en él para poder extraer más información. Y en
cambio, en cualquier momento descolgado, aprovechar para recurrir a la
narración breve.
Una vez que los niños disfrutan
del libro, se puede sacar un partido secundario “paraliterario”, que hacen los
propios niños de la historia, creando su propia enseñanza. Por lo que no hay un
único momento en el aula destinado a esto.
Me surgió una pregunta cuando me
imaginé el momento del cuentacuentos con un grupo de niños movidos, si
interrumpen mucho mediante preguntas o si la maestra tiene que hacer preguntas
a medida que lo va contando, puede desencadenar a una historia interminable.
Pero lo importante es que haya interactuación porque sí mantenemos su
atención y si no hay momento para parar, podemos decirles que después le
resolvemos la duda y así por sí solos pueden contestarse a sí mismos.
Al finalizar, se realiza un cuento-fórum
donde la maestra propone tanto preguntas de empatía hacia la historia como
preguntas de crítica hacia los personajes. No hay que centrarse tanto en los
conceptos nuevos (ampliar vocabulario y explicarles el significado) sino
devolverles las preguntas, porque cuando verbalizan en alto sus pensamientos
pueden llegar a deducir conceptos por el contexto. Aunque las palabras que
estén en desuso si que se podrán sustituir, puesto que los niños no van a
utilizarlas.
He tenido que hacer un gran
esfuerzo por incorporar esto, puesto que desde pequeña me han enseñado a hacer
comentarios de texto, resúmenes… y siempre he prestado atención a las “posibles
trampas” que me podía preguntar la profesora, en vez de disfrutar de la
historia y dejar fluir mis propios pensamientos sin limitaciones. Está claro
que apuesto mucho más por este camino para ponerlo en práctica con los
pequeños.
En cuanto a cada estrategia hay
que tener presente unas pautas.
El cuentacuentos es el
medio más directo para aproximar al niño a la literatura ya que el narrador (la
maestra) es un agente socializador indispensable. Y probablemente, es la
estrategia que menos se practica en el hogar, porque a mi modo de ver, los
padres llegan cansados a casa y prefieren apoyarse en un libro y leerlo, antes
que recordar un cuento y establecer el encuentro visual y las expresiones que
acompañen. Es más trabajoso pero muy adecuado para el niño, porque las únicas
imágenes que el receptor ve son las que crea en su cabeza por medio de la
imaginación.
Es clave que el narrador no se
sepa de memoria el cuento, simplemente hay que aprenderse el hilo argumental
(es fácil porque es lineal) y los detalles. Para luego recrearlo como si se
imaginase que estás contando una película. Y en cuanto a la técnica es
imprescindible:
-
Elegir un papel como narrador, aunque yo
personalmente prefiero ser yo misma, mostrarme como maestra.
-
Las fórmulas de entrada y para acabar.
-
La entonación, volumen y el ritmo adecuado, con
variaciones.
-
La pausa misteriosa (que lo utilizamos cuando
vamos a contar algo sorprendente a una amiga para crear expectación).
-
La expresividad acompañada de gestos u
onomatopeyas, que a los niños les hace mucha gracia.
También, se puede cambiar las
voces a los protagonistas o disfrazarse de un personaje durante todo el año
para el momento del cuentacuentos. Pero estas dos técnicas no creo que recurra
a ellas, porque prefiero que sean ellos los protagonistas del aula y que la
literatura hable por sí sola, sin necesidad de adornarla.
Me hizo gracia cuando Irune
explicó la declamación en verso porque me acordé de lo mucho que me
gustaba sobreactuar de manera exagerada de pequeña, y ahora, lo veo totalmente
artificial. Es importante que los maestros tengan un sentido crítico y enseñen
a los niños a declamar como adultos (poema memorizado, pero comprendiéndolo de
forma personal y para el público), puesto que es mucho más bonito e impactante.
Es un reto que se deben proponer, puesto que conlleva un entrenamiento, pero
los niños ganarán mucha seguridad para su futuro.
Quiero mencionar dos microcuentos
que Irune nos dijo y me sorprendió ya que me dejó sin palabras:
-
Microcuento premiado: “Y cuando despertó el
dinosaurio seguía ahí”.
-
Microcuento más corto: “Luis XIV yo”.
Por otro lado, la narración
con libro es diferente a la lectura del libro. Para que la narración
con libro sea adecuada, la maestra debe conocer anteriormente la historia para
narrarlo con sus propias palabras a la vez que enseña las ilustraciones e
interactúa con el público. Es importante que las ilustraciones sean grandes
para que todos los niños puedan verlas, y si no es el caso, se puede:
-
Hacer fotocopias de las imágenes, ampliarlas y
pegarlas en cartulinas.
-
Proyectarlas en el techo, con los niños tumbados
en las colchonetas, con música suave de fondo y la luz apagada. Creando un
ambienta cálido que te invite a escuchar.
Esta última idea, es mi favorita,
estoy segura de que lo realizaré todos los meses en el aula, porque me parece
espectacular.
Uno de los libros que destaco que
puede realizarse mediante esta estrategia es “Un bicho extraño” de Mon Daporta
Padin, puesto que es un cuento cortito y se puede interactuar continuamente.
En cambio, la lectura del
libro, no se pueden modificar las palabras, es decir, hay que leer el texto
porque sino perdería la función poética, la belleza con la que el autor del
libro lo ha querido transmitir. Nosotros no podemos modificarlo ni embellecerlo
más. En mi opinión, es la estrategia más complicada puesto que puede caer en la
monotonía de la escucha, aunque la más rápida puesto que sólo tienes que leer y
enseñar las ilustraciones (lo más importante, deben ser muy atractivas), no es
necesario la continua interactuación. Un libro que está maravillosamente
escrito es: “Adivina cuanto te quiero” del autor Sam McBratney.
Nuestro mayor reto es evitar que
los niños relacionen la literatura con el esfuerzo y la frustración que
conlleva aprender a leer. No hay que fijarse en la correcta identificación de
las letras. Si conseguimos que disfruten con la literatura en educación
infantil, en el momento que se trabaje en bachillerato, no dejarán de leer
porque habrán aprendido que es un placer. Y para ello, es preciso que los
maestros actualicemos continuamente, porque los niños no son iguales en cada
curso y, sobre todo, pensar en sus gustos, no en nuestras preferencias.
Retomo lo que empecé diciendo al
principio cuando realicé la actividad, se nota que no tenemos una buena base y
es muy difícil dar con buenos maestros que sepan impartir literatura de una
manera vocacional, y eso sale a la luz en momentos así: cuando tenemos que
hablar en público, sostener la mirada, acompañar adecuadamente los gestos,
variar el tono de voz para no aburrir… no dominamos esta situación.
-
Mis puntos fuertes son la expresividad tanto en
entonación como gestual.
-
Mi punto débil es la rapidez, no dejo tiempo
para pensar, quiero terminar cuanto antes por mis nervios y timidez.
Aunque finalmente no me salió tan
mal como esperaba. Aun así, los niños no te juzgan y te proporcionan más
seguridad, por lo que las primeras veces que realice la hora del cuento estaré
nerviosa, pero todo es cuestión de ensayar y coger experiencia. Los niños nos
lo ponen muy fácil. Estoy segura de que en mis próximas prácticas lo intentaré,
esta asignatura me ha ayudado a tener más conocimientos y seguridad en mí.
BLOQUE 4: CREACIÓN
LITERARIA CON Y PARA NIÑOS DE INFANTIL
Cuando comenzamos este bloque,
nunca me había parado a pensar en la inversión económica para libros que tiene
que hacer el centro. Y la realidad con la que nos encontramos a veces, como que
no hay suficientes libros para todos los alumnos, que están en mal estado, no
están actualizados, no se corresponden con las necesidades del aula…
Lo que la falta de recursos
provoca que la maestra se haga responsable y por su propia cuenta, proponga
ideas para poder dar una solución. A mi modo de ver, prefiero que haya
disponibles pocos libros, pero de buena calidad, antes de que haya multitud y
no tenga ningún sentido.
Pudimos ver varias opciones que
podemos poner en práctica en un futuro,
como que los padres traigan un libro de casa por cada niño, poner un bote común
destinado a la compra de ellos, acudir a la biblioteca escolar… pero desde mi
opinión, tiene ciertos inconvenientes como, por ejemplo, los padres no saben
seleccionar bien los libros, no todos tienen disponibilidad para aportar
dinero, ir a la biblioteca supone desplazarse del aula de referencia…
La idea por la que apuesto y que
más efectiva me parece, aunque implique un esfuerzo continuo por parte de la
maestra es crear libros para los niños y con ellos. Así se sentirán
responsables de sus creaciones y nosotros seremos los intermediarios entre los
textos y ellos. De esta manera podemos completar el rincón de lectura y que los
niños disfruten de un mínimo de dos libros, con la posibilidad de hacerse con
uno (puesto que las creaciones grupales se pueden rifar al finalizar el curso).
Lo que me parece más importante a
la hora de crear los textos es que de todos los errores que podemos cometer, el
que debemos evitar sin duda es la “desestructuración morfosintáctica”,
cuando apareció este concepto me ayudó mucho para entender la mente de los
pequeños. Los niños regularizan todo, si retorcemos la estructura de una frase
o suena forzada, se esfuma la función artística (ripio) que además no ayuda a
favorecer el desarrollo lingüístico de los que lo leen. Esto ocurre, por
ejemplo, con las letras de las canciones o cuando traducen una poesía, se
intenta mantener la rima y finalmente no queda nada estético.
A mi que me encanta leer poesía
moderna, cuando leía de pequeña detestaba (y detesto) la rima, me parece
anticuada e incluso excesivamente cursi. Descubrí que en la actualidad ya no se
rima, se utilizan otros recursos literarios que hacen que suene fonéticamente
bonito.
En el aula debemos proponernos crear textos en los tres géneros: prosa
(narrativa), dramático (teatro) y verso. Respecto a este último, para mi
sorpresa, es el más fácil. Me gustó tanto la cómo quedó mi creación que se
propuso en este bloque como actividad, que lo convertí en libro. Para escribir
en verso, como no es necesario que rime, podemos utilizar juegos de palabras,
onomatopeyas, repeticiones… a los niños les encanta, y mediante el juego
aprende de una manera muy fácil.
De todas las estrategias que nos
brindó Irune en clase, resalto las que más me gustaron y con las que yo
trabajaría:
-
Poema de encadenamiento: consiste en
comenzar la palabra del verso con la última del anterior. Y para cerrarlo,
terminar con la palabra que aludes en el primer verso. Esta técnica es la que
yo utilicé.
Un ejemplo de libro que te puedes
encontrar con esta técnica es el de “Mi vecina está enamorada” del autor Regis
Lejonc. El final me pareció sorprendente y sensible.
-
Acrósticos: se puede hacer uno a cada
niño. Con las letras de sus nombres, poner adjetivos que comiencen con esa
inicial. Se lo pueden llevar de recuerdo y es una manera fácil de interesarse
por la lectura, puesto que una de las cosas que aprenden pronto es a escribir
sus nombres. Por ejemplo: con mi nombre LAURA
Leal
Astuta
Única
Romántica
Atenta
-
Poema de preguntas: a los niños les
encanta preguntar y de esta forma pueden salir poemas divertidos y
disparatados. Todos se preparan una pregunta con su respuesta, pero a la hora
de escribirlo, la maestra cambia el orden. Así todos los niños se sienten
involucrados.
-
Letanía: se puede realizar mediante
comparaciones, los niños a partir de los dos años ya lo hacen y es muy común en
ellos. Es la que más juego da, se propone un tema común, cada verso será libre
y terminará en punto. Es una oportunidad para regalarle uno a los padres en
fechas señaladas. Por ejemplo: definir como es mamá.
“Mi mamá es tan
dulce como el chocolate. Mi mamá huele tan bien como las flores. Mi mamá es tan
fuerte como una guerrera. (…) Así es mi mamá”.
Lo más importante es una vez
terminado, repasarlo, para que no se repita ni rime, para convertir las
comparaciones en metáforas, añadir un título “¿Quién es?” y transformarlo en
adivinanza… hay multitud de variaciones, pero tiene que quedar estético.
La propuesta de “La caja de
las palabras bonitas” me pareció que tenía mucho sentimiento y simbolismo. A
lo largo del curso, cada niño trae palabras que le parezcan bonitas por lo que
significan para él. Y en el momento que se quiera crear un poema, acudir a
ellas. Se pueden juntar en un libro todos os versos de los niños, con sus
palabras destacadas y los nombres. Y es un recuerdo precioso.
A la hora de crear el libro, los detalles
que quiero destacar son la resistencia, la mínima inversión económica y poca
dedicación temporal:
-
Si se utiliza material reciclado mejor como bayetas,
cartulinas… es más barato, se puede calcar si no se te da bien dibujar, perdura
más al ser tocado por los niños.
-
Hay que probar primero los rotuladores, que no
sean tóxicos y que no se corra la tinta y deforme las letras.
-
Los colores deben ser atrayentes y las imágenes
no estereotipadas.
-
A la hora de entrelazarlo se puede utilizar: una
anilla de llavero pero que no tenga extremos que corten (sino pegarles
plastilina), cordones o lazos cosidos, evitar las grapas o anillados que se
pueden clavar, las hojas de plástico cerradas por arriba con celo para que no
se pierda la página.
-
Las puntas de los folios redondeadas y para
plastificadas, puede ser con una capa de cola.
-
Que en la portada aparezca el nombre del autor
(la maestra y el curso de la clase con el año), el título y la ilustración que
acompañe.
Si tardamos mucho en hacer las
creaciones, no va a ser práctico y finalmente no lo vamos a hacer. Podemos
pedir ayuda a los pequeños al pedirles que hagan los dibujos para acompañar los
textos y luego nosotras lo recortamos y hacemos el libro. Para los niños es un
orgullo sentirse partícipes de ello. Me cuerdo que una vez vino un escritor (no
conocido) a mi clase de primaria y nos hizo un libro con una historia donde
cada compañero aparecía mediante su nombre o rasgos característicos. Y para mí
fue una experiencia inigualable. Además, gracias a esto ejercitamos tanto la
lectura como la escritura de una manera divertida.
Respecto a la creación en prosa,
me gustó saber sobre Gianni Rodari, gran defensor de la literatura
infantil. Acusaba a la escuela de matar la imaginación, decía que la
creatividad era como un hilo o unas ondas en el estanque, se hacen grandes y
provocan otras. A los niños hay que seguirles el juego y comprobar hasta donde
llegan sus límites. La base de la creatividad es la fantasía, lo que no es y no
puede ser. Y es una buena manera de comenzar una historia.
Yo desconocía por completo las
técnicas que aporta este autor junto con otros para evitar la sensación de
folio en blanco. Muchas veces nos sentimos inspirados pero la mayoría de ellas
no sabemos comenzar:
-
Binomio fantástico: es la más conocida. Consiste
en coger dos sustantivos y personalizarlos (luz y zapatos). Pero no escribir la
primera idea que se pase por la cabeza, hay que echarle imaginación y ganas.
-
Hipótesis absurda: es la más utilizada.
Partir de algo surrealista que podría pasar (si me despierto y mis plantas comenzasen
a hablar).
Una vez que tienes en la mente la
historia, hay que recordar que estamos creando para los niños, por lo que se
tendrán que sentir identificados, ya sea con los personajes, los gustos o el
contexto… que favorezca su desarrollo madurativo, que de pie a poder dialogar
sobre ello.
Por último, en la creación dramática
o teatro, nunca me había planteado escribir para niños de infantil en este
género pues al estar los diálogos directamente, me parece más confuso
entenderlo. Las diferencias que hay que tener en cuenta respecto a la prosa son
estas:
-
En vez de utilizar guion para que hable el
personaje, la entradilla del personaje se pone mediante el nombre y dos puntos.
-
Hay una figura que puede representar la maestra
(narrador/a) para que los niños de infantil no se pierdan. Pero en las obras de
teatro no es común cuando está dirigido para un público adulto. Aunque a veces,
al principio y al final te lo puedes encontrar. Por ejemplo, Shakespeare lo
introduce en “Una noche de verano”.
-
La cantidad de personajes y la dificultad en
algunos papeles provoca que se escriban menos textos en dramático destinado a
los niños.
La mejor manera para que ellos se
diviertan, es crear obras cortas para hacer un “juego de rol” y ellos eligen
los papeles e incluso pueden ir añadiendo cosas, la maestra lo puede ir
apuntando. Entra en juego la improvisación y la capacidad de los pequeños.
Por lo demás, se utilizan las
mismas estrategias que en la prosa, es crear una historia. Aunque
personalmente, en la práctica me pareció más complejo, seguramente fue porque
no puede acudir a la ayuda de un niño, ellos tienen una gran invención y son
mucho más espontáneos. Me encantaría poder disfrutar de una experiencia así
para llegar a representarla. Una buena idea es que la maestra, en el momento
escénico, puede participar como narradora en off, sin que se la vea, pero
apoyando a la clase.
Lo que pude disfrutar en las prácticas que hice fue ver como leían
el libro viajero. Pero al adentrarme más en su conocimiento, me percaté
que cometieron varios errores:
-
Lo idóneo es que la maestra comience la primera
página para dar ejemplo a los padres de cómo tiene que ir enfocado.
-
No se deben pegar cosas comestibles o
peligrosas en el libro, además de que no es estético, se vuelve tóxico y pierde
el sentido real que es el arte de escribir.
-
El tema tiene que ser el mismo y
contundente, es decir, no puede ser “cosas que se hacen los fines de semana”
como lo que vi, puesto que hay niños que no tienen nada que contar.
-
No puede convertirse en un concurso de
padres para ver quién lo hace más bonito. Los padres tienen que ayudar a
expresar lo que el niño desea (servir de vehículo).
-
Si los niños quieren hacer dibujos que
acompañen el texto, lo mejor es que lo dibujen en un folio y después recortarlo
para pegarlo, así queda todo el libro “igual”.
Disfruté del momento en que se
ponía en común y la maestra aprovechaba para que los niños se abriesen y
hablasen de temas que les preocupaban o deseaban expresar, su familia, su
entorno… Es una buena idea que luego se rife, el primer año es bonito guardarlo,
pero después son todos muy parecidos y es más bonito que alguno de ellos se lo guarde
de recuerdo.
Uno de los libros en verso más
poéticos es “Inés azul” del autor Pablo Albo, que trata del tema de la muerte,
en una lectura adulta. Los niños pueden pensar variados finales, puesto que es
abierto.
BLOQUE 5: BIBLIOTECA
DE AULA Y ANIMACIÓN A LA LECTURA
Finalmente, lo que nos quedaba
por plantear era la “futura biblioteca de aula o rincón de lectura” y fue un
momento emocionante, para simular un espacio real con su transformación
conveniente.
Pude trabajar en grupo, con mis
amigas, las que me han hecho comentarios a lo largo de la asignatura para
mejorar las entradas, sus valoraciones son constructivas y en general tenemos
muchos puntos en común a la hora de trabajar la literatura. Por lo que ha sido
una gran experiencia, el trabajo cooperativo
en esta profesión es fundamental, las aportaciones tanto negativas como
positivas me ayudan a ampliar mi visión.
En este bloque hemos visto la
importancia que tiene este espacio destinado a la lectura o narración. Hemos
recopilado todos los conocimientos y experiencias hasta el momento, para poder
ponerlo en práctica.
Elegimos un aula real donde
pudimos hacer una semana de prácticas.
A mí personalmente, me tocó el aula de 4 años (los medianos del segundo ciclo
de infantil) y desgraciadamente, el rincón de lectura estaba “ausente”. Era un
espacio obsoleto, con mucho material de la maestra que ni si quiera le daba uso
y ocupaba la mayor parte. Las estanterías estaban repletas de libros sin ningún
tipo de análisis, ni si quiera se podían escoger a simple vista porque estaban
dispuestos de mala manera (al revés, sin verse la portada, amontonados). Y podían
disfrutar durante 20 minutos al día sin ningún apoyo, por lo que los niños
hacían de todo menos leer y escuchar historias emocionantes.
Hice una reflexión acerca de todo
esto y no me extraña que los niños rechacen los libros, en la actualidad es más
fácil ver a un pequeño con un iPad o móvil antes que con algo de papel. Por
supuesto que apuesto por las tecnologías, pero también por el desarrollo de la
creatividad, ampliar vocabulario, disfrutar de un espacio cálido de relax donde
los personajes ocupen parte de nosotros, bucear en historias fantásticas donde
no haya límites…
Y he aprendido que para motivar a
la lectura se necesita esfuerzo y animación por parte de la maestra. Me
gustó mucho decorar y ambientar el rincón de lectura ya que es fundamental que
un espacio hable por sí solo y te invite a adentrarte, pero la parte que pude
desarrollar mejor y con más imaginación fue la búsqueda de técnicas para
proporcionar una motivación intrínseca en cada niño, por lo que debían de ser
diferentes.
En la actividad me apoyé en
varias estrategias aportadas por Irune, que me hicieron transportarme a la niñez,
y pensé “ojalá hubiese tenido una maestra en la educación infantil que me
hubiese enseñado este mágico mundo con afecto”. Las que más me gustan son:
-
Dibujar los personajes tras la narración. Así podrán explicar cómo se los
imaginaban. Me gusta que los niños puedan expresar sus emociones mediante una
hoja en blanco, sin ninguna limitación.
-
Representar la acción de algún personaje a medida que la maestra lo
narra. Así potenciamos que los niños dejen de tener vergüenza o miedo a la
dramatización y que los compañeros puedan disfrutar de sus imitaciones.
-
¡Te equivocas!: La maestra leerá el cuento con varios errores y los niños
podrán detectarlos. Es una manera divertida que conseguirá que presten atención
durante su escucha.
-
Fiesta de los
personajes: al finalizar el curso, podrán disfrazarse de su
personaje favorito y se podrá llevar el libro fotocopiado donde aparecía.
Pero también intenté buscar qué
estrategias me gustarían proponer y se me ocurrieron varias como:
-
El mini-cuento
escacharrado: la maestra cuenta un mini-cuento no más de cuatro
frases a un grupo de niños, ellos se lo contarán a otros... y los últimos
narrarán en alto el cuento final. Para que ellos puedan añadir o quitar
mediante sus preferencias.
-
Cuentos al revés: la maestra lee un cuento con los personajes y acciones
positivas, después los niños tienen que intentar contarlo en negativo. Así
podrán ampliar vocabulario (antónimos) y ver las diferentes perspectivas desde
dos puntos de vista.
-
Que los personajes de la historia sean componentes
de la clase: los compañeros tendrán que adivinar de quién se trata esta
vez. Así pueden conocer características de compañeros con los que no se relacionan
y formar un grupo más unido.
-
Leer un libro sin ver
las imágenes: los niños tendrán que ir al baúl de los disfraces e
intentar adivinar cómo se vestirían los protagonistas. Mediante el juego se
consigue desarrollar la imaginación.
En cuanto al rincón en sí, se
debe ejercitar el placer de leer, tener la libre elección y deseos de saber,
poder ampliar conocimientos de una manera cercana y directa. Primero deben amar
los libros para no los destruyan y lo cuiden de la mejor manera, y para ello se
debe de comenzar con una primera lectura simbólica para descodificar los
signos lingüísticos. Y también deben escuchar narraciones orales para
desarrollar su comprensión futura. Por lo que tienen que disfrutar del rincón
en compañía de la maestra.
La decoración tiene que tener
variedad porque no a todos los niños les gusta estar sentados, puede tener:
colchonetas, mesas y sillas, cojines, alfombra, posibilidad de ver obras de
teatros (yo me decanto por las de luces y sombras), dibujar, tumbarse… y para
eso se necesita que el espacio sea amplio y ordenado. Las telas te invitan a
envolverte, las estanterías deben de estar a su altura para que tengan la autonomía
de poder escogerlos por sí mismos y ver las portadas a simple vista, que entre
luz natural y que puedan disfrutar de proyecciones a oscuras. En conclusión,
que tengan momentos para todo.
La gestión y selección de
fondos, es lo que más tiempo conlleva cuando empezamos, puesto que no
conocemos muchos libros y nos falta experiencia. Lo que hay que extraer de esta
idea es que debe de haber variedad y que sean adecuados a su edad:
-
En su mayoría, libros literarios o de autor.
-
Libros paraliterarios para trabajar en otros momentos,
como en la asamblea.
-
Creados por y para ellos.
-
Libro de la clase o viajero.
-
También puede haber libros traídos de su casa, pero
es importante que anteriormente los padres sepan qué libros escoger. Por
ejemplo, los de merchandising mejor ni comprarlos.
Y gestionar el cómo deben
presentarse a los niños es muy importante porque si desde el principio la
estantería está llena, no va a haber factor sorpresa y perderán la ilusión por
ellos, en cambio, si se van trabajando poco a poco extraerán detalles positivos
de cada uno e incluso necesitarán trabajarlos durante varios días para asentar
los detalles.
La maestra tiene un trabajo
fundamental durante todo el año y es estar implicada con una constante actitud
reflexiva y abierta a cambios.
Un factor que desconocía era que
se puede leer por motivaciones funcionales o literarias. Las funcionales
se relacionan con:
-
Deseo de información.
-
Cambiar el estado de ánimo (esto me ocurre muy a
menudo, por ello me decanto por la poesía moderna).
-
Deseo de identificación, cuando te sientes
identificado, haces la historia tuya y deseas que no acabe.
-
Deseo de relajación.
En cambio, la motivación
literaria es considerarla como un fin, comunicación consigo misma y el
autor, disfrute y placer.
Se requiere que la asistencia a
la animación sea voluntaria, no hay que obligar a los pequeños. Y para ello hay
que establecer horarios para que puedan disfrutar en grupo o con menos compañeros,
y que sepan que no va a ser un tiempo muy extenso, sino un momento en el que
toda la clase se junta para poder disfrutar de las narraciones o lecturas con
la maestra seguido de un cuento-fórum y un momento para disfrutar de la manera que
se prefiera. Personalmente, a mi me encanta este momento y si por mi fuese
dedicaría varios días a la semana.
Para los niños que no les guste
compartir sus experiencias o no se relajen en este espacio, pueden sacar el
libro fuera del colegio y trabajarlo en casa durante una semana, para que poco
a poco lo vaya disfrutando. Para que esto funcione se puede crear una lista con
las fotos de los niños y los libros que se han llevado a casa y han leído. Y a
su vez, cada niño tener un carné simulando que son adultos, puesto que
eso les hace sentir mayores y les gusta.
Todo esto no lo he visto en la
práctica, supongo que conlleva mucho trabajo, pero “solo lo que se ama, se
cuida y se conserva”.
Al haber hecho la selección de
libros que incluiríamos en el rincón de lectura, uno de mis preferidos ha sido “El
abrigo de Pupa” de Elena Ferrándiz. Por el simbolismo, las ilustraciones y el
texto tan bello. Ya ocupa un hueco en mi biblioteca.
CONCLUSIÓN
Quiero resaltar positivamente la
forma de trabajar a lo largo de la asignatura. No había conocido anteriormente
un mejor método como éste.
Las pautas establecidas para
poder subir tu entrada al blog e ir corrigiendo errores que te surjan durante
los tres días posteriores, gracias a la comparación con otros blogs de
referencia, los comentarios constructivos de las compañeras e incluso las aportaciones
personales a otro blog… todo ello hace que el aprendizaje sea continuo y que
las bases se asienten y se fijen de manera fácil gracias a la repetición
continua de conocimientos, refrescando lo anterior trabajado.
La capacidad de elección hace que
despierte tu motivación intrínseca por tratar de elegir de la mejor manera. Las
correcciones finales de Irune e incluso la posibilidad de que comparta tu
entrada en su blog de referencia, hace que las entregas sean cada vez más
exigentes.
Y, sobre todo, tener una segunda
oportunidad de volver a subir tu entrada corregida para evitar suspender la
asignatura, hace que no tires la toalla si una de las actividades no ha salido como
te esperabas.
Me ha gustado mucho esta nueva
forma de trabajar y poder ver finalmente cómo ha quedado todo el trabajo
plasmado en el blog. Sin duda, una de las mejores experiencias a la hora de
asimilar contenidos y de hacer entregas.
No quiero olvidar mencionar, lo
mucho que he disfrutado cada día de clase con las lecturas de libros o
narraciones aportadas por Irune. Puesto que ella como maestra, ha sido un
ejemplo a seguir en su trabajo, haciendo de modelo mostrándonos en primera
persona cómo se debe trabajar la literatura.
Me quedo con ganas de que haya
Literatura Infantil II, quiero más.
BIBLIOGRAFÍA
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Google.es. (2018). Un bicho extraño. - Google Search. [online] Available at: https://www.amazon.es/bicho-extraño-Álbum-Infantil/dp/8496957675
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Google.es. (2018). El monstruo de los colores. - Google Search. [online] Available at: https://www.amazon.es/monstruo-colores-edici%C3%B3n-ilustrado-flamboyant/dp/8493987743/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1527672838&sr=8-1&keywords=el+monstruos+de+colores
Un artículo excelente para un curso excelente. Enhorabuena, Laura.
ResponderEliminarMuchas gracias Irune. Ha sido un placer. Me ha gustado mucho la asignatura y tus clases :) Qué pena que acabe!
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